Acerca de la negociación tecnológica Cadenas,
(1997:98), señala que la vinculación exige actividades profesionales de
negociación, a fin de asegurar dos puntos relevantes: que los intereses de la
organización productiva sean compatibles con los objetivos planteados para el
trabajo conjunto y; que las organizaciones académicas puedan mantener
equilibrio entre su misión de docencia e investigación y la generación
compartida de paquetes tecnológicos para la industria.
De acuerdo a lo que
plantea Ertel (1996:73) existen diferentes estrategias a aplicar en el proceso
de negociación. La estrategia gana-gana se centra la atención en aportar la
mayor cantidad de alternativas de solución a los problemas de la contraparte.
Interesándose en la óptima atención a las necesidades de ésta y con ella
coparticipa, como si se tratase del inicio de una sociedad con propósitos
comunes. Se proponen contraprestaciones justas, llegando, en ocasiones, a que
sólo cubran los gastos derivados del bien o servicio prestado y se obtengan
utilidades marginales. De lograrse lo anterior, tanto las organizaciones
participantes como los negociadores resultarán beneficiados. Todos verán
satisfechas sus expectativas y el proceso se desarrollará en un ambiente
relajado y cordial. Las organizaciones reconocerán a sus miembros como
elementos identificados con sus propósitos y valorarán la labor, de acuerdo con
los sistemas que para ello tengan establecidos. El negociador de tecnología
debe manejar conocimientos sobre el proceso de innovación tecnológica:
conformación y contenido de paquetes tecnológicos; el proceso de negociación,
técnicas de creatividad, conducción de reuniones, liderazgo; la planificación
de proyectos por etapas y su consecuente industrialización integral; el entorno
industrial y económico; patentes y otras figuras de propiedad industrial,
integración de documentos, estrategias de patentamiento, vigencia y otros datos
relevantes.
Las negociaciones alcanzarán su punto culminante cuando produzcan
contratos equilibrados, en los que se prevean todas las posibles razones de
conflicto y ofrezcan las fórmulas necesarias para ventilar controversias, sin
perjuicio de los contratantes. De esta manera garantizarían las relaciones de
largo plazo entre las organizaciones miembros de la cadena institucional,
favoreciendo la generación de tecnología. La negociación, por lo tanto, ofrece
al centro cautivo la posibilidad de realizar sus funciones de acuerdo con los
planes y programas establecidos, le permite vincularse con otros para completar
sus capacidades y le proporciona la forma de articular sus resultados con el
quehacer industrial cotidiano.
Solleiro, (1992), establece que en lo que
respecta al proceso negociador, hacia el interior y el exterior de la
organización, se siguen etapas similares. Estas son las expuestas a
continuación: a) Identificación de necesidades; b) Etapa preparatoria; c)
Diseño; d) Planeación, e) Desarrollo; f) Formalización.
a) Etapa de identificación de necesidades: se
recomienda que las partes negociantes - grupos o individuos-, analicen los
siguientes aspectos: Las necesidades de la contraparte, ¿Cuáles de esas
necesidades pueden ser satisfechas por los bienes o servicios que ofrece la
organización?, ¿Qué espera de la negociación? En esta etapa, las entidades
negociadoras pueden percatarse de que no conocen, con precisión, el objetivo,
necesidades e intereses de su contraparte. En ocasiones, esta etapa ha de
estudiarse con toda profundidad y ser sustentada sobre la base de información
verídica, confiable y actualizada. Es conveniente, según Cadena (1988:204),
analizar las características de la contraparte; su posición tanto económica
como de mercado y; la capacidad de decisión de sus representantes. Todo ello, a
fin de tener idea del alcance a que pueden llegar los compromisos contraídos y
asegurar, por tanto, que la contraparte podrá cumplirlos.
b) Etapa preparatoria: es un complemento de la etapa anterior. Durante su desarrollo se recopilará la
mayor cantidad de información posible y se harán contactos informales. Así, un
negociador experto, después de percibir las características de su complemento,
deberá hacer que su actitud vaya acorde con las características personales de
su contraparte.
c) Etapa de diseño: las partes precisan los objetivos de la
negociación y las estrategias o políticas que han de emplear para conducirla.
Lo primero tiene que ver con lo que se espera y lo que puede ofrecerse. Lo
segundo, con las normas éticas que delimitarán lo permitido dentro del proceso.
De acuerdo a lo que plantea Ertel (1996) existen diferentes estrategias a
aplicar en el proceso de negociación. La estrategia gana - gana se centra la
atención en aportar la mayor cantidad de alternativas de solución a los
problemas de la contraparte. Interesándose en la óptima atención a las necesidades
de ésta y con ella coparticipa, como si se tratase del inicio de una sociedad
con propósitos comunes. Se proponen contraprestaciones justas, llegando, en
ocasiones, a que sólo cubran los gastos derivados del bien o servicio prestado
y se obtengan utilidades marginales. De lograrse lo anterior, tanto las
organizaciones participantes como los negociadores resultarán beneficiados.
Todos verán satisfechas sus expectativas y el proceso se desarrollará en un
ambiente relajado y cordial. Las organizaciones reconocerán a sus miembros como
elementos identificados con sus propósitos y valorarán la labor, de acuerdo con
los sistemas que para ello tengan establecidos. Elegir esta estrategia tiene
ventajas: se logra la maximización de las utilidades de la negociación, para
ambas partes: y la consolidación de relaciones de largo plazo. También se
obtienen ventajas adicionales, como minimización de costos, tiempo y esfuerzo
asociados al proceso de negociación. Por otro lado, en la estrategia
gana-pierde una de las partes intentará, reiteradamente, maximizar los
beneficios de la negociación para sí. Ello sin importar los intereses de la
otra y, en ocasiones, sin tomar en cuenta tampoco los medios utilizados.
d)
Etapa de planeación: en ella se eligen, preparan, planean y programan, las
tácticas que instrumentarán la estrategia elegida. Es responsabilidad de los
negociadores, tanto el propiciar un ambiente en que todos los participantes
aporten ideas para, facilitar los objetivos, como asegurarse de que existe un
amplio y fluido nivel de comunicación. En la Universidad de Harvard se desarrolló
un estudio sobre el método alternativo para negociar, sus cuatro
características principales excluyen el engaño y centran su atención en las
necesidades y motivaciones de las partes. Estas características se anotan a
continuación: separar a las personas de los problemas, concentrarse en los
intereses no en las posiciones, generar alternativas opcionales, y colocar
parámetros objetivos de comparación.
e) Etapa de desarrollo: en esta etapa se
llevan a cabo las reuniones, donde se tomarán los acuerdos a que lleguen las
partes. Su objetivo será diseñar la solución más equilibrada, que dé cabida a
los intereses principales y colaterales que los impulsaren a negociar, en caso
de haber escogido la estrategia gana-gana. Los buenos negociadores entenderán
esta etapa como una oportunidad para obtener los mayores rendimientos del
proceso. Por ello, diseñarán las reuniones manera tal que adicionen un nuevo
objetivo: el de conducirla minimizando su costo, esfuerzo y tiempo consumidos.
El reto a su creatividad será lograr lo anterior, considerando factores que se
pueden resumir de la siguiente manera:
- Ambientales son los relativos al comportamiento de los negociadores y la infraestructura física de los lugares de reunión.
- De planeación los involucrados en la logística: horarios, agendas, listas de invitados, resúmenes informativos y ejecutivos, entre otros.
- Organizacionales tienen que ver con el apoyo a la conducción de la reunión. Es indispensable que cada propuesta se elabore teniendo en cuenta toda la información recabada relativa a los intereses de la contraparte, sumándoles los detectados durante el proceso de negociación. Asimismo, debe ser compatible con los intereses y posibilidades de la organización oferente. Finalmente, se requiere que las propuestas cuenten con suficiente respaldo institucional y que las contraprestaciones exigidas estén dentro de los límites y restricciones del receptor. A veces existen limitantes de carácter legislativo, que obligan a rechazar propuestas, aunque las partes tengan la intención de aceptarlas.
En cuanto a
negociaciones realizadas entre entidades de promoción sectorial y una
organización productiva, con la participación del centro cautivo, los acuerdos
se formalizan, a veces, a través de comunicaciones de prensa. En ellas, un
grupo de empresas del mismo sector se pronuncia a favor de obtener ventajas
comunes, de organismos gubernamentales, o de proyectar una imagen a sus
mercados potenciales. Los acuerdos con entidades de regulación tornarán una
forma diferente. Esta puede consistir en la aceptación del registro de un
contrato en el organismo gubernamental correspondiente: en el registro de un
producto para el sector salud y, otras formas equivalentes, que con frecuencia
se presentan entre el sector público y las empresas. Este tipo de acuerdos no
necesariamente incluye contraprestaciones económicas. A través del proceso se
logran entendimientos que explican la forma de cumplir reglamentos, tendientes
al beneficio colectivo.
Para Bello, (1992:58), dentro de los contratos
tecnológicos, donde participa la universidad y el sector productivo, tales
acuerdos se llevan a cabo principalmente entre los tecnologistas, las firmas de
consultoría, los centros de investigaciones públicos o privados, los institutos
de educación superior y otros. Se realizan con el propósito de prever
conflictos; definiendo alcances, derechos y obligaciones. Regularmente
involucran contraprestaciones económicas, que entrega el receptor al proveedor
de conocimientos en una o varias exhibiciones: con montos constantes que se
ajustan a valor presente o equivalentes a una proporción del negocio realizado,
condición en la cual comparten el riesgo ambas organizaciones. El proceso de
negociación consta de varias etapas que se presentan en todos los casos.
En
ocasiones, dada la sencillez y poco monto del objeto, algunas de ellas resultan
obvias y hasta pueden escapar de la atención de los negociadores. Pero cuando
están en juego los intereses de una organización, es indispensable realizarlas
de manera sistemática y profesional. Todo proceso de negociación tiene como
base de su desarrollo un objeto central, al que se agregan los generados por la
superposición de intereses de los participantes. Por eso, debe buscar
satisfacerlos todos, con soluciones que atiendan, en forma equilibrada, los
propósitos de ambas partes. Los eventos realizados han de guardar proporción
con los resultados esperados, lo que obliga a estar atentos, cuando la
asignación y ejecución de presupuestos y recursos consumidos en el proceso. En
este sentido, los gastos por negociación se relacionan con todas aquellas
erogaciones que se realizan para llevar adelante las discusiones sobre el
acuerdo de comercialización de tecnología, según sea el tipo de esta
negociación. Incluyen, entre otros, honorarios profesionales, asesorías,
redacción de documentos, gastos legales y de registros, viáticos en caso de ser
necesarios, etc.
La obtención de acuerdos depende de la complementariedad
posible entre las organizaciones representadas; los intereses y relaciones
interpersonales y: el manejo y preparación que se haga del proceso. Dependiendo
del objeto central, variará el tipo de acuerdo alcanzado y, aún éstos, pueden
tomar formar diversas, que siempre deben representar los intereses y voluntad
de quienes los suscriben. De esta manera, las formas y contenidos de acuerdos
tecnológicos según Cadena, (1992), define que los contratos tecnológicos
presentan como utilidad los contratos que nos interesan, se emplean
principalmente para el desarrollo compartido de provectos de innovación
tecnológica. tendientes a desagregar, adaptar, mejorar o integrar paquetes
tecnológicos. También se emplean en la adquisición de esos paquetes o partes de
ellos, ya sea a través de compra o licenciamiento de tecnologistas que,
regularmente, son empresas exitosas debido en buena parte a sus actividades de
investigación y desarrollo de proyectos. Tratándose de la desagregación de un
paquete, el contrato regulara las relaciones entre la organización y los
miembros de la cadena institucional, con capacidad para desarrollar algunas
fases del proyecto para encontrar las bases de diseño del paquete en operación,
que se desea renovar debido a que su rentabilidad ha llegado a la etapa de los
rendimientos decrecientes.
El proyecto podría consistir en lo siguiente:
- Evaluación del mercado potencial.
- Análisis del ciclo de vida de los productos hoy elaborados.
- De las dimensiones tecnológicas de estos productos.
- Análisis y determinación de las variables críticas del proceso utilizado.
- Calificación del nivel de obsolescencia de los equipos en operación.
- Evaluación de la viabilidad del proyecto.
En
el caso de mejorar, equivalente al de adaptar, un paquete tecnológico, pueden
concebirse proyectos y estructuras similares a la siguiente:
- Caracterización de la mejora.
- Evaluación de viabilidad.
- Modelo teórico de la solución.
- Pruebas de laboratorio.
- Elaboración de prototipo.
- Pruebas y correcciones del prototipo.
- Evaluación final de resultados y calificación de viabilidad.
- Implantación de la mejora al paquete en operación.
- Evaluación de resultados de la operación de la mejora, en el paquete, y corroboración de los supuestos para la viabilidad del proyecto.
Adicionalmente podría haberse
acordado, también, que la empresa pagara en estos casos las regalías
correspondientes a la universidad, la cual las compartiría con sus
investigadores, y adquiriría el derecho sobre su exclusividad incondicionada.
Realizando acciones como las mencionadas y estableciendo los contratos
correspondientes, con otros cogeneradores de los conocimientos necesarios para
mejorar al paquete tecnológico, se alcanzará la culminación del proyecto. Si
alcanzó éxito, se habrá actualizado el paquete tecnológico, incrementando su
rentabilidad y mejorando la posición estratégica de la empresa en el mercado.
Es posible establecer políticas de beneficio al país o región donde se
encuentra enclavada la empresa licenciante, ya que con la participación de su
centro de investigación seria fácil desagregar el paquete por adquirir, con el
propósito de identificar los módulos, equipos o partes del proceso, factibles
de ser suministrados por la industria local. Asimismo, será responsabilidad del
centro empresarial identificar las materias primas locales que pudieran
emplearse como sustituto de las marcas específicas por el tecnologista.
De esta
manera la participación del centro en el proceso de negociación y en la
formalización de los acuerdos adquiere especial relevancia. En el licenciamiento
de paquetes tecnológicos podrían mezclarse las cláusulas correspondientes a los
contratos de transferencia de tecnología, asistencia técnica, servicios de
ingeniería y licenciamiento de marcas y patentes. Todo esto en un solo
documento suscrito entre licenciantes y tecnologista. Respecto a la estructura
de los contratos tecnológicos, se muestra una forma de presentarlos. Tal
presentación, dependiendo de la legislación vigente puede variar. La estructura
de un contrato tecnológico comprende el premio, la declaratoria, el clausulado
y la validación, donde cada una de las secciones mencionadas cumple funciones específicas,
relacionadas con las formas jurídicas existentes en materia de contratos. Las
partes acuerdan mantener en secreto y confidencialmente toda información
relativa a la negociación realizada y los términos contractuales de la misma.
La información técnica y comercial relacionada con el objeto de este contrato
también queda sujeta a esta obligación. En términos generales, las cláusulas de
un acuerdo tienen que ser redactadas con extremo cuidado en lo que se refiere a
la terminología, evitando contradicciones. Específica, exhaustiva y abundante
debe ser la descripción de los derechos y obligaciones adquiridos.
Es
importante que en ellas se establezcan las fórmulas para resolver posibles
controversias y eludir conflictos que dañan las relaciones interorganizacionales.
Las características de los negociadores de tecnología consisten en la
negociación, entendida como una actividad humana presente en casi todas las
situaciones en las que interactúan las personas y se ve alterado por todo
aquello que afecte la conducta de los individuos que participan en ella. De
esta manera, la dinámica del proceso estará condicionada por las
características de los negociadores, las condiciones del momento y el producto
de la relación interpersonal establecida. El negociador de tecnología debe
manejar conocimientos sobre el proceso de innovación tecnológica: conformación
y contenido de paquetes tecnológicos; el proceso de negociación, técnicas de
creatividad, conducción de reuniones, liderazgo; la planificación de proyectos
por etapas y su consecuente industrialización integral; el entorno industrial y
económico; patentes y otras figuras de propiedad industrial, integración de
documentos, estrategias de patentamiento, vigencia y otros datos relevantes.
Las negociaciones alcanzarán su punto culminante cuando produzcan contratos
equilibrados, en los que se prevean todas las posibles razones de conflicto
ofrezcan las fórmulas necesarias para ventilar controversias, sin perjuicio de
los contratantes. De esta manera garantizarían las relaciones de largo plazo
entre las organizaciones miembros de la cadena institucional, favoreciendo la
generación de tecnología. La negociación, por lo tanto, ofrece al centro
cautivo la posibilidad de realizar sus funciones de acuerdo con los planes y
programas establecidos, le permite vincularse con otros para completar sus
capacidades y le proporciona la forma de articular sus resultados con el
quehacer industrial cotidiano. Los ingresos por concepto de negociación
tecnológica pueden asumir las siguientes formas como parte de la misma:
regalías, honorarios por asistencia técnica, honorarios por asesorías en
ingeniería y construcción, participación accionaria en la empresa compradora de
la tecnología, participación en los dividendos de la empresa compradora,
participación en las compras de bienes manufacturados, materias primas que
efectúe la empresa compradora de tecnología, participación en los ahorros que se
operen en la compañía compradora por la adaptación de los nuevos procesos de
tecnología, honorarios por asistencia gerencial, y participación en regalías
obtenidas por el comprador cuando sublicencie a terceros. Es preciso recalcar
que todos los elementos que se han indicado anteriormente pueden ser mezclados,
combinados indistintamente conforme el tipo de negociación que se efectúe y el
tipo de producto tecnológico que se comercialice.
Fuente: http://recursos.portaleducoas.org/sites/default/files/33-CMD.PDF
Autor: MARTÍNEZ DE CARRASQUERO, Cynthia
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