A lo largo de los últimos doce (12) años, el estudio de la tecnología de información en el ámbito empresarial ha sido el impacto en los resultados del empleo de dicha tecnología. Prueba de ello, es la heterogeneidad que subyace en la aproximación al análisis de la relación como en las variables utilizadas. Esta heterogeneidad tiene dos implicaciones. En primer lugar, las dificultades de comparación entre los distintos estudios que, en ocasiones, estudian aspectos completamente dispares y, por tanto, no comparables.
En segundo lugar, la complementariedad entre estudios que, sin duda,
enriquece los análisis y posibilita ciertas bases sobre las cuales asentar los
estudios posteriores. La evolución del estudio del papel competitivo de la
tecnología de la información en la empresa ha seguido, en cierta medida, la
pauta establecida por los trabajos enmarcados en la Dirección Estratégica. En
la década de los noventa, tras el desarrollo de los trabajos sobre la
Perspectiva Basada en los Recursos, comienzan a aparecer estudios que observan
el papel de la tecnología de información y comunicación desde el enfoque de la
gestión tecnológica. Una de las aproximaciones al estudio de la tecnología de
la información y la comunicación en el ámbito empresarial, puede llevarse a
cabo tomando como referencia la perspectiva basada en la gestión
tecnológica. Este enfoque cuestiona algunos de los supuestos fundamentales más
extendidos sobre la creación y sostenimiento de ventajas competitivas y se basa
en:
La
heterogeneidad: cada empresa es heterogénea, ya que posee diferente dotación de
recursos, producto de su historia, suerte y decisiones pasadas, sobre los que
puede respaldar una ventaja competitiva.
La
inmovilidad: la empresa puede mantener esa heterogeneidad a lo largo del
tiempo, es decir, la ventaja competitiva puede mantenerse, lo que le
proporcionará rentas extraordinarias por un periodo de tiempo dilatado. La
tecnología de la información y la comunicación puede considerarse como un recurso
más en el seno de la empresa y es definida por Orlikowski y Gash (2002) como
"cualquier forma de sistema de información basado en el uso de
ordenadores, incluyendo aplicaciones desde los superordenadores hasta los
microordenadores" (p.12).
Esta
definición puede ser ampliada para incluir las tecnologías que dan apoyo a la
comunicación en la empresa. Por otro lado, conviene distinguir entre aquellas
tecnologías basadas en el uso de ordenadores cuya misión en la empresa no queda
dentro del sistema de información sino que se orientan a tareas de índole
productiva, como por ejemplo los sistemas de diseño asistido por ordenador.
Partiendo de esta definición de tecnología de la información y de la
comunicación, la cuestión a resolver es si la disponibilidad de estos recursos
puede proporcionar a la empresa una ventaja competitiva que pueda mantenerse a
lo largo del tiempo. Existen varios marcos teóricos que establecen las
condiciones necesarias que debe cumplir un recurso para ser susceptible de
crear y mantener una ventaja competitiva para la empresa.
Entre otros, Grant (2002) establece un modelo en el que establece el
potencial competitivo de los recursos a partir de tres aspectos: la valía del
recurso, la heterogeneidad en su distribución a lo largo de las empresas y su
movilidad.
La definición de tecnología de información y comunicación (TIC)
descrita, no puede ser el fundamento de una ventaja competitiva ya que éstas se
encuentran disponibles en el mercado para cualquier empresa. Sin embargo, la
cuestión no consiste en evaluar exclusivamente las posibilidades materiales de
esta tecnología sino que también habrá que tener en cuenta los intangibles
derivados de su aplicación en el ámbito empresarial.
Así, Clemons y Row (2001) estudian los mecanismos para definir un
sistema ínter organizativo como un sistema de información que va más allá de
las fronteras de una organización. Esto con el fin de satisfacer las
necesidades estratégicas de éstas, permitiéndoles apropiarse de las rentas
extraordinarias producto de:
Mata y
otros (2003), coinciden en el razonamiento realizado por Clemons y Row (2001)
observando la existencia de tres argumentos que inhiben la posibilidad de
considerar el "paradigma crear-capturar-mantener" como una
alternativa plausible de generación de ventajas competitivas sustentables; se
entiende que dicha alternativa se ampara únicamente en los costos de cambio.
Ante la amenaza de la creación de costos de cambio derivados de la instalación
de aplicaciones de tecnología de información, las gerencias, anticiparán el
riesgo e intentarán establecer algún tipo de mecanismo que permita evitar esa
situación. Otro atributo de la tecnología de información que ha sido utilizado
para explicar el potencial competitivo de este recurso, es la necesidad de
capital para su desarrollo y aplicación.
Por otro lado, autores como Mackinsey (2001), llaman la atención sobre
la posibilidad de cooperación de empresas como medio para acceder a los
recursos de tecnología de información, en el caso en lo cuales, los recursos
financieros fueran la barrera, sumándose éste a los argumentos en contra de la
consideración de este atributo como una fuente plausible de ventaja
competitiva. Un tercer aspecto de la tecnología de la información en el cual
puede fundamentarse una ventaja competitiva sostenible, es la propiedad intelectual
exclusiva sobre ella. El problema surge en los mecanismos de protección de este
tipo de tecnología ya que las aplicaciones en esta área son difíciles de
patentar y aun en ese caso, las patentes no proporcionan una importante barrera
a la imitación. Desde el punto de vista del conocimiento tecnológico, las
organizaciones empresariales poseen mayor penetración en los mercados de
capitales, de servicios, transformación y financieros. Tal penetración es
producto de los cambios globales desencadenados por el creciente impacto de las
nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Los efectos para la gestión tecnológica, según el enunciado de cada uno
de los temas expuestos anteriormente, se perciben cuando al cambiar la
información de análogo a digital, los elementos físicos se tornan virtuales
cambiando el metabolismo empresarial. En ese sentido, vastos campos de la
actividad socioeconómica donde la información es un factor crítico, pasan a la
virtualidad como plataforma de desempeño, a decir de Rubens (2004), como
resultado de las concepciones asumidas para definir a) trabajo virtual, b)
educación virtual, c) congreso virtual, d) centro comercial virtual, entre
otros. En ese sentido, el sector económico empresarial se sustenta en la
convergencia de las industrias de la informática, las comunicaciones y la
información a través del desarrollo del hardware y del ancho de banda de las
comunicaciones. Dicha convergencia abre el camino para que las nuevas ganancias
estén en el sector de los servicios de información, donde se crea valor para
los consumidores. Desde ese punto de vista, la visión de convergencia ofrece
ventajas en la aparición de nuevas empresas y alianzas estratégicas para la
nueva economía. Bajo esta argumentación, Jiménez (2003) sostiene que el impulso
económico será producto de la economía en red por cuanto se crea un nuevo
modelo operativo de los negocios, a través de la capacidad de segmentación
exclusiva para un mercado de un solo cliente, por una parte, y por la
otra, la nueva empresa interconectada permite superar las ventajas de economía
de escala y acceso a los recursos provenientes de las grandes compañías. De
esta manera, se eliminan, al menos en teoría, la burocracia, la jerarquía
innecesaria y la incapacidad de cambiar; con ello, se estaría reconfigurando
las relaciones de las empresas. Al respecto, las empresas necesitarán crear
valor o desaparecerán, pues las actividades cuya esencia estén en la repetición
de señales de información tienden a desaparecer, presionadas por la
interconexión en red entre consumidores y productores de bienes y servicios.
Así mismo, la intermediación de información se reconfigura hacia la agregación
de valor en la transacción a través de un profundo análisis entre los
productores y consumidores. Por tal motivo, la brecha entre consumidores y
productores tenderá a reducirse, dado que: a) se particulariza el mercado y la
producción masiva se sustituye por la producción orientada a clientes, b) la
participación activa de los consumidores en ambientes de comunicación
electrónica, los hace partícipes de procesos de diseño y producción y c) al
aumentar el contenido de información y conocimiento de los productos y
servicios, las empresas tienden a convertirse en productores de infotecnología.
Al cambiar la conceptualización del negocio, disminuye la movilidad laboral de
los gestores tecnológicos quienes requieren de equipo confiables para ser
efectivos y poder tener acceso a la nueva infraestructura tecnológica.
Fuente: http://www.redalyc.org/pdf/309/30990214.pdf
Autor: Edinson Perozo y Ángel Nava
Buen post, a lo largo de los años la tecnología tiene cada vez más influencia dentro de las organizaciones para tener mayor participación en el mercado y así generar productos de calidad a mayor precio.
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